La edad antigua en Asturias se inicia con el proceso de integración en el imperio romano, a partir de las guerras cántabras, entre el 29 y el 19 AC. Serán objeto de una especial atención por parte de las fuentes clásicas y aunque nada explicitan sobre su alcance en el territorio transmontano, se cuenta con el testimonio arqueológico del movimiento de tropas en los límites montañosos de los pasos hacia el norte a través de la cordillera: en el occidente los campamentos de campaña de Moyapán y El Vallau (Cangas de Narcea), A Granda das Xarras y A Recacha (Ibias), el Chao de Carrubeiro (Boal), A Pedra Dereta (Boal-Castropol) y el Pico El Outeiro (Taramundi-Villanueva de Oscos); en la zona central los recintos del Mouru, Colláu Valbona, El Llaurienzu (Grado-Belmonte de Miranda), Las Cruces (Grado), Cueiru (Teverga) y el Xuego La Bola (Teverga/Somiedo) en la vía de La Mesa; y de Curriechos (Lena), Carraceo (Lena-Aller) y Llagüezos (Lena-Villamanín), en la vía de La Carisa.

La incorporación al Imperio supondrá una transformación sociopolítica notable, si bien en Asturias el fenómeno urbanizador es tibio, no resultando fácil la identificación de las poblaciones transmontanas mencionadas por las fuentes clásicas (Lucus Asturum, Noega, Paleontium o Flavionavia), cuestionándose la relación entre la Gigia citada por Ptolomeo y el Gijón romano. Sí destaca la perviviencia de los recintos castreños, con una nueva estructura urbana, que implica remodelaciones en las defensas y en la trama interna, más compleja, que será articulada de manera más funcional. Por otro lado será notable la importancia del poblamiento rural disperso en establecimientos tipo villa.

Contamos con significativos restos asociados al ámbito romano y tardoantiguo en forma de mosaicos (Vega del Ciego, Veranes o La Estaca), termas (Campo Valdés, Valduno y Lugo de Llanera) o enterramientos (Paredes y Argandenes). La plena implantación del territorio asturiano en el mundo romano se manifestará además en la epigrafía, la cerámica, los objetos de adorno y el numerario, con abundantes ejemplos que forman parte de la exposición permanente del Museo Arqueológico de Asturias.

Algunos de los vestigios más llamativos de la presencia romana en el territorio son las huellas de explotaciones mineras del occidente asturiano: las cortas conocidas como fanas o freitas, con una impactante presencia en el paisaje (La Fana la Freita o la Freitarbosa en Allande), y restos de infraestructura minera, como canales (el de Salave, entre Castropol y Tapia; o Penafurada, en Grandas de Salime) y depósitos (El Palo, Allande).

 

La minería del oro en Asturias. Museo Arqueológico de Asturias.

 

Los vadinienses. Museo Arqueológico de Asturias.