La Edad Media en Asturias transcurre entre el colapso del estado visigodo y la posterior conquista musulmana (711-714 DC), y la constitución del Principado de Asturias y la creación y consolidación de la Junta General del Principado como organismo de gobierno, administración, y mediación entre los concejos y la Corona, consolidación que tendrá lugar durante el reinado de los Reyes Católicos.

El conocimiento de esta etapa histórica se basa en las abundantes fuentes documentales, particularmente a partir del siglo XI,  en la epigrafía y numismática, y también  en la arqueología.

El desarrollo de la arqueología aplicada al estudio de la Edad Media es un proceso relativamente reciente, parcialmente estimulado por la entrada en vigor de la Ley 16/85 del Patrimonio Histórico Español, que requería de excavaciones o seguimientos arqueológicos para las numerosas intervenciones restauradoras llevadas a cabo en edificios medievales. Estos trabajos han permitido precisar fases constructivas, usos de edificios o estancias, o formas de ocupación y explotación del territorio, además de permitir la recuperación de materiales contextualizables arqueológicamente.

La etapa de transición de la tardoantiguedad a la Edad Media está representada en yacimientos como el de Argandenes o la villa romana de Veranes y su ocupación medieval posterior. Para la Alta Edad Media, en Asturias contamos con un conjunto excepcional de edificios y yacimientos, que configuran la denominada Arquitectura Asturiana, siendo relevantes los trabajos arqueológicos llevados a cabo en Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo, San Pedro de Nora, San Julián de los Prados, Santo Adriano de Tuñón o en el propio recinto de la Catedral de Oviedo.

Son también muy destacadas las informaciones obtenidas de los trabajos en el castillo de Curiel y en el castillo de Gauzón, especialmente en lo referido al papel de estas fortificaciones en cuanto a control, dominio y organización territorial durante la Edad Media.

Para el estudio de la época pleno y bajo medieval han sido muy importantes los estudios llevados a cabo en conjuntos monásticos, particularmente Corias, pero también Cornellana o Villanueva de Oscos, así como los seguimientos de obras e intervenciones en el ámbito urbano y en cascos históricos, como el caso de Avilés, Llanes, Grado y Oviedo.

Cabe también reseñar las actuaciones en el ámbito rural en dos aldeas de origen medieval, en Villanueva (Santo Adriano) y Vigaña (Belmonte de Miranda).